Cada pollo es un mundo

Las explicaciones de la gurú sobre "Un mundo, un pollo" son muy interesantes, y estoy de acuerdo con el espíritu que las anima, pero no conque parezca que los conceptos de los que habla sólo pueden darse dentro de su forma de ver el mundo. Por ejemplo, eso de decir que "Un mundo, un pollo" es el lenguaje de los soñadores, como si sólo hubiera una forma de soñar, y los sueños no pudieran expresarse con otros lenguajes, con otras imágenes, con otros sentimientos y emociones. No se le puede poner fronteras a la fantasía, porque no las tiene; cualquier traba que se le ponga se verá desbordada por el espíritu y la imaginación, que son inagotables; y quien sueña no sólo cree que puede existir un mundo ideal, sino que de hecho hace que exista, y hasta puede que alguien se convenza de su sueño y lo comparta, hasta que se haga realidad. Quizá hoy, en este día de la mujer que se termina, alguna ha recordado a esa anciana (su abuela, una vieja tía, aquella vecina que nunca tuvo hijos) que un día soñó con un mundo en el que las cosas fueran diferentes. Puede que ese mundo aún no exista del todo, pero por lo pronto otras muchas comparten la visión, y hoy, las soñadoras se han reunido. ¿Acaso todas soñaron con el mismo lenguaje? Seguramente que no, pero los sueños se enriquecen los unos a los otros.
Puesto que, en en el fondo, lo que todos queremos es libertad, diversidad y tolerancia, tengo una propuesta que haceros, polluel@s.
Propongo que cada pollo pueda usar el logo que quiera, o cambiar de logo si le apetece, y usar uno u otro según el día que tenga o el humor que gaste. Que todos sean válidos y co-oficiales. Cada pollo es un mundo, y seguro que en él caben (y se necesitan) muchos logos. Ninguna imaginación, ni ninguna ilusión, deben desperdiciarse.
El Pájaro conciliador en el Nido imaginado