EL POLLO COLORAO

A pesar del deplorable silencio de algunos polluelos, vamos a hablar hoy de la cuestión de los colores de Mundo Pollo. Porque quien se crea que el corral es aséptico en cuestiones ideológicas, lo lleva claro. Las aves que lo habitamos tenemos un color bien definido: rojo, que te quiero rojo. :-)
¿Por qué? Pues porque todos los que componemos el corral hemos sufrido las consecuencias de vivir en una sociedad capitalista, y hemos tenido que soportar periódicamente a personas que fomentan mentalidades afines a ésta (incluyo la frase porque le ha encantado a la gurú).
Todos hemos tenido que soportar estar en trabajos donde se ningunea y se estafa sistemáticamente al trabajador, al que se le niega su naturaleza y valor humanos para considerarle un elemento más de la empresa, como los ordenadores, las sillas... O peor aún, porque si los ordenadores se cuelgan todo el mundo lo comprende, pero si un trabajador tiene un mal día se le considera automáticamente sospechoso de no querer trabajar, de ser un escaqueado, etc. Se culpabiliza, se controla de un modo inhumano a los empleados, y todo para que la empresa consiga más beneficios. Lo irónico es que deshumanizar a los trabajadores no es la única forma de obtener ganancias: podrían probar a mejorar la motivación de los empleados mediante un buen ambiente de trabajo, posibilidades de promoción, asumir parcelas de responsabilidad... En resumen, todo lo que hace que uno se sienta implicado en su trabajo, que uno se sienta a gusto y quiera dar lo mejor de sí mismo. Pero claro, esto implicaría que los dueños, accionistas, directivos, etc, hicieran aquello que piden a los empleados: trabajar. Porque para que una empresa funcione bien, no sólo en cuanto a sus beneficios, sino en cuanto a su ordenación interna, hacen falta mentes claras dispuestas a currar para que las cosas estén bien organizadas. Y eso es precisamente lo que los directivos y demás no quieren.
¿Por qué? Por la mentalidad capitalista. Si a mí me va bien, ¿por qué me voy a preocupar de los demás? Mientra yo obtenga mis ganancias, ¿qué me importa cómo se consigan? ¿Por qué debería preocuparme de si mis empleados se sienten bien o mal, si hay justicia o no en mi empresa, si hay gente que se aprovecha del trabajo de los demás mientras ellos no dan golpe, o de si las condiciones de trabajo generan tensión y malestar? Eso requeriría trabajar, y los que trabajan son los que no tienen dinero. No me voy a rebajar a eso. Estoy muy ocupado especulando con mi dinero para tener más todavía. No tengo suficiente con mil millones de euros; quiero mil cien, sea como sea, y pisoteando a quien sea. Mientras yo no los vea directamente para que no me remuerda la conciencia (si es que me queda alguna) me da igual.
Así es como, más o menos conscientemente, piensan muchos capitalistas. Y la respuesta a todas esas preguntas es sencilla: deberías preocuparte de esas cuestiones porque entonces tú no eres más que un insecto asqueroso, una rémora que vive a costa de los demás y una porquería de ser humano, sin valores, consideración hacia los otros ni la más mínima valía como persona. Y seguro que vas a ser infeliz, antes o después, con ese modo de pensar.
Lo peor es que esa mentalidad se extiende, y va calando en la sociedad, incluso entre los que no tienen tanto dinero. Y así, termina por parecernos normal que una empresa cierre y eche a la puta calle a todos sus empleados porque le han hecho una buena oferta al dueño y se va a llevar un montón de pasta... Es que el pobrecito no tenía suciente con sus miles de millones, no le daba para vivir. Y termina por parecernos normal que cada uno mire exclusivamente por su propio interés, jodiendo a quien sea. Y parece que aceptamos que esas son las normas, que así es como hay que actuar.
Hay muchos "capitalistas mentales" a los que se les llena la boca hablando de estupideces tales como que así es la naturaleza humana, y que la ley del más fuerte es lo natural, y no se dan cuenta de que si de verdad fuera la ley del más fuerte, muchos de ellos, que son unos miopes y unos estúpidos, no sobrevivirían. Esa es otra de las razones por las que dueños, directivos, etc, no suelen trabajar: no sólo porque no quieran, sino porque a veces, sencillamente, son unos incompetentes que no saben. El 90% de la gente con pasta lo es por herencia, no por méritos propios. Si tuvieran que buscarse las habichuelas, la mayoría acabaría en la mierda. Eso sí, todos se creen que son lo que son por su valía personal, y están muy dispuestos a pensar que si otras personas son sus empleados, será porque no valen para otra cosa.
No puede ser casualidad que los más capitalistas sean siempre los mismos: o los que tienen pasta, o los que creen que la pueden obtener con facilidad por las circunstancias en las que están, o los que están dispuestos a portarse como unos auténticos hijos de la gran puta para tenerla, sin ningún miramiento ni consideración. La mentalidad capitalista es la apología del egoísmo y de los instintos más despreciables del ser humano.
Desde Mundo Pollo dejamos claro que nuestra visión de las personas y de la sociedad es bien distinta, y que se deben fomentar otros valores: la solidaridad, la cooperación, la consideración hacia los demás, la justicia, y todo lo que hace que la vida merezca la pena ser vivida.