El pollo sentimental
Queridos polluelos:
En esta soleada mañana de enero quiero hablaros del pollo sentimental.
Esta variante del pollo se da con frecuencia cuando en la granja ha corrido tequila y el aire huele a marihuana.
De repente, uno de los polluelos recuerda algo que hace que se indigne y que se prepare para montar el Gran Pollo.
Su actitud hacia su enemigo es agresiva, hiriente, soberbia y rencorosa.
El ataque, directo, sin metáforas ni frases hechas.
De repente, algo ocurre, un inesperado ataque de melancolía recorre todas las plumas del polluelo visceral que abraza a su adversario por sorpresa y le susurra al oído estas frases que desarmarían hasta al pollo más guerrero:
- Te quiero mazo, pero mazo, ¿eh?
- Yo ej que sin ti no valgo na (Nidito diría “un ápice” o algo más pedante si es que eso es posible)
- No sabes la faltita que me haces, joputa.
- Joé, a ver si nos vemos más.
- Tú sabes que yo digo las cosas pero que luego, pos no é pa tanto.
Ahí es cuando hay que estar preparado para un ataque porque el pollo sentimental es muy peligroso, ese abrazo puede ser la tapadera para retomar el Gran Pollo y convertir esa noche de juerga en la granja en una verdadera casquería.
Os preguntaréis entre lágrimas: sé que estáis emocionados, ¿pero cómo es posible que el pollo visceral pueda retomar el Gran Pollo? ¡Con las cositas tan dulces que le ha dicho al polluelo!
Pues si, queridos, eso es más que posible, porque detrás del pollo sentimental se esconde el pollo despechado, pero ya os hablaré de este tema más adelante, o tal vez, deje que Nidito os lo cuente.
Besos,
En esta soleada mañana de enero quiero hablaros del pollo sentimental.
Esta variante del pollo se da con frecuencia cuando en la granja ha corrido tequila y el aire huele a marihuana.
De repente, uno de los polluelos recuerda algo que hace que se indigne y que se prepare para montar el Gran Pollo.
Su actitud hacia su enemigo es agresiva, hiriente, soberbia y rencorosa.
El ataque, directo, sin metáforas ni frases hechas.
De repente, algo ocurre, un inesperado ataque de melancolía recorre todas las plumas del polluelo visceral que abraza a su adversario por sorpresa y le susurra al oído estas frases que desarmarían hasta al pollo más guerrero:
- Te quiero mazo, pero mazo, ¿eh?
- Yo ej que sin ti no valgo na (Nidito diría “un ápice” o algo más pedante si es que eso es posible)
- No sabes la faltita que me haces, joputa.
- Joé, a ver si nos vemos más.
- Tú sabes que yo digo las cosas pero que luego, pos no é pa tanto.
Ahí es cuando hay que estar preparado para un ataque porque el pollo sentimental es muy peligroso, ese abrazo puede ser la tapadera para retomar el Gran Pollo y convertir esa noche de juerga en la granja en una verdadera casquería.
Os preguntaréis entre lágrimas: sé que estáis emocionados, ¿pero cómo es posible que el pollo visceral pueda retomar el Gran Pollo? ¡Con las cositas tan dulces que le ha dicho al polluelo!
Pues si, queridos, eso es más que posible, porque detrás del pollo sentimental se esconde el pollo despechado, pero ya os hablaré de este tema más adelante, o tal vez, deje que Nidito os lo cuente.
Besos,
saldama
2 Comments:
Eso, o nos lo cuentas o me comisionas para que lo haga yo, pero no podemos quedarnos sin el pollo despechado. :-)
Pues escribelo tú que últimamente no das ni palo, macho :-PPPPPPPPPPPPPPPPPPPPPP
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