El peor enemigo
Queridos estudiosos, hoy vamos a hablar de la bestia negra del pollo; ese ser horrible que se escapa de todas las desgracias, causa mal ambiente a sus compañeros, es chapucero, incompetente, antipático, inoportuno, pánfilo y maleducado. En resumen: vamos a hablar del Antipollo. En nuestro caso, ese ser se llama Gollum.
Es increíble. Provoca náuseas allá donde va. Hasta las mejores personas terminan poniéndose de color verde cuando llevan mucho rato con la Gollum cerca. Incluso las personas más reservadas se ven en la necesidad de proclamar que no la soportan. Y luego estamos los demás, que no nos andamos con chiquitas: la odiamos.
Aparece de la nada y se mete en el grupo sin hacer ni puto caso de nadie. No quiere aprender; curra mal, hace las cosas como le da la real gana (o sea, fatal), es chapucera, no mira lo que hace, no se esfuerza, y encima va por ahí diciendo que el grupo funciona gracias a ella, y hablando como si llevara mil años con nosotros. Y encima no hace ni el huevo, así que hay que añadir la vagancia a la lista de sus virtudes. Y encima es mala compañera: se apropia de la tabulación cuando le conviene, se pilla los correos fáciles, roba los mails de la bandeja de entrada cuando hay poco trabajo, y deja a los compis a verlas venir.
Pero ni siquiera eso, siendo ya bastante grave, es lo peor. Lo terrible ya no es lo mala que sea en el trabajo, no; lo terrible es soportarla a ella. Con esa voz tan horrible que tiene, hablando en voz altísima, con las tonterías que dice; contando sus rollos por teléfono pegando gritos, cuando no nos interesa a nadie... Paseándose por ahí, que vamos, menudo arte torero gasta la tía para caminar, si a su lado el cuñao resulta un modelo de feminidad. Y la cosa no acaba ahí: verla es como una patada en la vista, por la cara, la ropa que lleva, todo. Y encima tenemos que soportar ver cómo se saca los mocos de la nariz y hacer pelotillas con ellos,y, ¡¡A SABER DÓNDE LOS PEGARÁ!! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!
Debemos reconocer que contra esta clase de espécimen, la táctica del pollo se hace complicadísima. Uno intenta montarle un buen pollo a esta tiparraca, para descargarse y quitársela de encima; pero no se sabe cómo, la tía elude el pollo. Nunca está en el momento adecuado, o no surge la ocasión, o simplemente, si empiezas a montárselo, la tía es tan tonta que ni se da cuenta, y le resbala. El intento de montarle un buen pollo se convierte en una empresa titánica y casi de ciencia ficción, porque parece repelerlos igual que un chaleco antibalas hace con los disparos; peor aún, si intentamos montárselo, el pollo revierte en nosotros, y al final somos nosotros los que nos jodemos y acabamos de mal humor, encima de que no hemos conseguido descargar nuestra rabia. Queridos estudiantes, encontraros con un ser de estas características es una de las peores desgracias que os pueden ocurrir, porque hasta la santa ciencia del pollo se halla inerme frente a ellos. La buena noticia es que estos bichos no son demasiado abundantes, y aunque se sabe de pocos casos, algún gran maestro consumado del pollo ha conseguido meterles alguno. Todos esperamos que nuestra gran gurú, Sofía Saldama, se atreva a montarle uno el día menos pensado. Eso sí, los que la queremos le recomendamos encarecidamente que primero se prepare y se entrene a base de bien, montando pollos a diestro y siniestro. Necesitará todas sus artes.
A los demás, nos queda seguir soportándola, tratando de eludirla lo máximo posible. Y siempre tendremos Mundo Pollo para montarle una buena pejiguera virtual, como estamos haciendo ahora.
No hay otro caso como éste. En las próximas lecciones no volveréis a recibir un mensaje desalentador: el arte de montar pollos sirve absolutamente para todo lo demás en la vida.
Que disfrutéis todos una buena Nochevieja, y si sentís deseos de montar un buen pollo nada más comer las uvas, que sepáis que no hay mejor forma de empezar el año.
¡¡FELIZ 2005!!